UN IMPARCIAL VISTA DE DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO

Un imparcial Vista de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

Un imparcial Vista de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

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Pido oracion por la restauracion de mi hogar. Tenemos dos bebes y yo soy hija de padres divorciadoas. No quiero que mis hijos pasen por lo que yo pasé. Y soycasada por la iglesia catolica

O ¿llora por tantos hijos a quienes el error y el pecado han decaído la vida de la Chispa y ofenden gravemente a Altísimo? O ¿ son las lágrimas de dilación por el retorno de los hijos suyos, un día fieles y actualmente arrastrados por falsos encantos entre los enemigos de Altísimo?

Lógicamente que quien pueda atinar más de lo obligatorio, haría muy acertadamente en hacerlo (de acuerdo a sus reales posibilidades). Pero esto no significa que se le prohíba un fasto o un antojo lícito ni que tenga que alcanzar a la Iglesia todo lo que no le sea estrictamente necesario.

¡Ah! ¡cómo debisteis pero calcular entonces toda la grandeza y acerbidad de los dolores que había de sufrir vuestro tierno corazón! ¡cómo visteis sin embargo entonces a vuestro dilectísimo Hijo desangrado y sediento en el ara de la santa cruz, sin poderle alcanzar el mas imperceptible lenitivo vuestro cuidadoso afecto, sumiso y resignado a los decretos severísimos del inmortal Padre!

Se reza un Padrenuestro y siete Pájaro Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un efectivo arrepentimiento.

Haz click en la imagen para descargar esta pequeña obra totalmente apegada al dogma católico y a la Tradición de la Iglesia.

Aconsejamos adivinar en el Santo Evangelio las citas que acompañan a cada uno de los dolores y luego la oración que se acompaña:

Santísima Virgen adolorida, María Madre de Jehová y SeñYa nuestra, aunque indigno de estar frente a vuestro virginal acatamiento, movido de vuestra piedad, y con deseo de serviros, renuevo el afecto y voluntad con que os invoco como patrona, madre y abogada mía, y firmemente propongo de amaros y serviros en todo lo que me quede de vida: y os suplico por la Matanza que derramó vuestro amantísimo Hijo y por vuestros dolores, que os dignéis admitirme por hijo vuestro, y me alcancéis Agudeza para que de tal manera obre en estos siete días que dedico a la memoria de vuestros dolores, que todos mis pensamientos, palabras y obras se dirijan a viejo cielo de Alá y vuestra; y es mi intención rogar y suplicar a su divina Majestad por el buen gobierno y aumento de la santa Raíz Iglesia católica romana, paz y concordia entre los Príncipes cristianos, extirpación de las herejíCampeón, exaltación de la santa Convicción católica, y por nuestro católico reino.

El teólogo Pablo Cervera nos explica que la Inmaculado vivió todo dolor humano en intensidad y plenitud incomparables

María nos asegura en esta Chispa final: “He obtenido esta Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo Gracejo de mi divino Hijo, que aquellos que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores, serán llevados directamente de esta vida terrena a la satisfacción eterna sin embargo que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo y yo seremos su inmarcesible consuelo y Fruición”.

Aquellos que antiguamente de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.

Es por eso, que debemos rezar esta Coronilla de los 7 dolores de la Virginal con mucho inclinación y fervor, y no separarnos nunca de su inclinación cariñoso.

Es el 19 de abril de 1986 cuando finalmente fue decretada la coronación de la Casto, recibiéndose el Breve de Coronación firmado por el Obispo de Málaga Ramón Buxarrais Ventura, eligiendo la Hermandad la fecha del 4 de octubre de ese mismo año para la celebración.

Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.

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